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miércoles, 31 de octubre de 2012

DESPUES DE LOS SESENTA

DESPUES DE LOS SESENTA
 No se trague el cuento de que usted está en su mejor edad. Eso fue a los 30 y a comienzos de los 40, cuando repetir de todo no sólo no hacía daño, sino que era posible y hasta motivo de orgullo y de jactancia. 
Pero a los 60 "repetir" es palabra maldita y prohibida. Veamos:

¿Repetir matrimonio? ¿Con qué y a qué hora? 

Repetir frijoles? ¿Y los gases qué? 
¿Repetir el acto sexual? Será dentro de una semana (con suerte). 

Después de los 60, no hay vuelta posible:
¿Volver a empezar? ¿Con qué tiempo?

¿Volver a ser papá? No seas barbaro.

¿Volver a trotar? Infarto seguro.

¿Volver a nadar? Será flotar.

¿Volver a cantar? Te ahogas, mi vida.

¿Beber como antes? Ahí viene la cirrosis.

Después de los 60 todo es grave, de cama, de muerte.

Un catarro es una bronquitis.

Un resfriado, una neumonía.

Una tos, tisis.

Un golpe, un hematoma.

Un chicharrón, diente partido.

A partir de los 60: Un dolor de cabeza es un derrame.

Un dolor en el pie, gota. Dolores en las manos, artritis.

Un olvido tonto, mal de Alzheimer. Una tiritada, Parkinson.

Un estornudo, tuberculosis. Una obstrución intestinal después de los 60, es cáncer de colon.   
Sed, diabetes. Un kilo de más, es coliosis.
Un kilo de menos, ¿será leucemia?
Una orinada a media noche, próstata. 
Se cae el cabello.

Se caen los senos.

Se caen las mejillas.

Se caen las tambochas .

Crecen pelos en la barbilla, en las orejas, en la nariz.

 A los 60 todo es peligroso:
Sonarte fuerte, hemorragia nasal.

Visión borrosa, cataratas.

Cera en los oídos, otitis.

Insomnio, ataque depresivo.

Un pelo en el peine, calvicie.

Dolor en la nuca, osteoporosis.

Y no se te ocurra subirte más en escaleras.

Si después de los 60, usted se despierta
y no siente nada, es porque está muerto.

Si se le daña el estómago, le tienen que poner suero.
Si le ponen trabas al renovar el seguro de vida, consiga siquiatra.

No es por mortificar
Pero es mejor que sea consciente de lo que le espera, para que vaya organizando su testamento y escogiendo un buen lugar en su cementerio favorito, luego, claro, de haber pasado su temporada en el asilo que seleccionaron sus hijitos queridos.

Piense. Hágalo en serio. No sea que a su pobre familia le toque decidir todas estas cosas en momentos de apremio. Claro, puede que llegue a los 80; pero no le recomiendo confiarse demasiado; y en todo caso, nunca será lo mismo.

Y aquí te dejo, porque es hora de  echarme mi polvito, aunque sea de Metamucil y aplicarme linimento por todos lados. Ah, por cierto, esto lo escribí en letra grande para que no te cueste leerlo. No nos hagamos ilusiones..
 PRO-VIDA DE POR VIDA

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