Un gobierno con mentiras desde su fecundación.
Por Arturo CEJA ARELLANO
Ahora que están por llegar las campañas, que se encuentran en su etapa de la PRE; es decir, de la pre-elección, de presentación de los pre-aspirantes, recuerdo la fecundación de lo que posteriormente fue la designación de Felipe Calderón Hinojosa como candidato del Partido Acción Nacional a la Presidencia de la República Mexicana, del aún “cuerno de la abundancia” por su figura geográfica que asemeja a un cuerno, pues.
Era un día como éstos, como los de ahora; es decir, nubladón, sabrosón, se antojaba mordisquear una pera o un durazno, a una rebanada de sandía o a una manzana; saborear una torta de atole sabor zarzamora y sorberle a la tasa de atole de tamarindo, que ofertaban las guarecitas allá, en Huáncito; comunidad indígena enclavada en la Cañada de los Once Pueblos, donde a temprana hora ya estaba plagado de guaruras estratégicamente posesionados para no dejar entrar a gente “sospechosa”, no obstante a que apenas se trataba de un precandidato.
Ahí, adelantito del puente del Río Duero, que desde su nacimiento arrastra ya pura caca y basura, se dijo que históricamente era Felipe Calderón el primer candidato del PAN a la presidencia de la República que visitaba una comunidad indígena de La Cañada, pisada originalmente y en muuuuuchas ocasiones, por el General Lázaro Cárdenas Del Río, tanto como un simple ciudadano michoacano, como gobernador y luego como presidente de la República.
Los perros se paseaban indiferentes, meneando su apestosa cola y escudriñando en busca de algún residuo de comida entre los puestos de la estrecha placita, atiborrada de panistas, principalmente de Zamora.
La presencia del candidato fue la apertura del hasta momento desconocido Partido Acción Nacional en esas comunidades pertenecientes al municipio de Chilchota, pues fue toda una novedad.
Ahí escuché lo que posteriormente para mi, fue la primera mentira de Felipe Calderón, quien a los cuatro vientos les dijo a los ahí presentes (de vez en cuando suspendido su discurso por el corto rebuznar de un burro), que un día regresaría, en los primeros 100 días de su gobierno como Presidente de la República Mexicana. No sé si yo no sepa contar, el caso es que (para mí), esos 100 días no se han llegado, toda vez que no ha podido cumplir con esa, ya añeja y olvidada promesa.
La cosa no para ahí, ya que ahí mismo escuché la segunda mentira del entonces pre candidato del PAN para vivir en la residencia oficial de Los Pinos, toda vez que dijo y ello me llenó de esperanza, que “a Michoacán y a los michoacanos nos iba a ir muy, pero muy y muy bien”. Lástima Margarito, aún seguimos esperando esa promesa.
Mientras tanto, cada vez nos están atascando un aumento a la gasolina, no se construyó la mega destiladora de petróleo en ésta entidad; el gas cuesta también cada día más y qué decir del diesel. Los precios de la canasta básica, tal y como ocurre cada año y en absolutamente todos los gobiernos (priístas y panistas), es cada día más costosa y se aleja del presupuesto familiar que, asegura un secretario de Estado que vive ésta holgadamente con 6 mil pesos mensuales.
Usted pensará y a qué viene todo esto: pues piénsele poquito, amable lector, que tal vez Felipe Calderón Hinojosa intente cumplirnos (solo que no lo ha dicho), a través de su hermana Luisa María o María Luisa Calderón (se me olvidó en éste momento), que a su vez intenta ser la próxima gobernadora de Michoacán, con apoyo de más de 50 alcaldesas que, por lo menos, a wuebo colocará como candidatas producto del dedazo. Así es que, no se ha perdido todo, tal vez venga en camino la recompensa. ¿será?.
En Michoacán, principalmente, el panismo se encuentra desilucionado, principalmente porque el jaconense-zamorense, Marko Cortés Mendoza, quien al parecer también suspira por la designación como candidato del PAN al gobierno de Michoacán, ya le bajó a su campaña. Dicen que ya dobló las manos (¿las tenía desdobladas?) o los brazos y que al parecer ya le dijeron los de la dirigencia nacional “que le baje” y que no la haga de pedo, o de tos pues como usted quiera.
Lo bueno es que en Zamora el panismo cuenta con una mujer que no baja los brazos y que trae los pantalones bien fajados (no se los jale porque no se le caen, faltaba más). Me refiero a María Eugenia Méndez Dávalos, quien lucha contra fuerzas muy obscuras que no la quieren dejar llegar, no obstante a que ésta se ha ganado las simpatías hasta de otros lugares insospechables.
Con esa fuerza llegará a las internas y las ganará porque ha hecho lo necesario para hacerlo… ¡Ups!
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